sábado, 5 de julio de 2008

Pérdida





















Busqué entre la pelusa que habita debajo de la cama.

En los zócalos en se esconden detrás de los muebles.

Fondos de cajones fueron inspeccionados con mi olfato de sabueso entrenado por organización secreta.

Despanzurré valijas, carteras y maletines de doble fondo con cuchillos bien afilados y sin piedad.

No tuve miramientos en dar vueltas todos los bolsillos, macetas, frascos habidos y por haber.

Descolgué los pocos cuadros que adornan las paredes que fueron blancas.

Pasé una a una las páginas de los libros.

Pregunté a los personajes que sonríen o no, a las fotos. No tuve respuesta. Cuando fui a la heladera, vi que la mermelada se reía y un tomate arrugado hacia girar su dedo índice alrededor de la sien.

Mis zapatos escaparon por el jardín, asustados de mí.

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