sábado, 12 de julio de 2008

Postal personal




Allá por 1989 tuve una gran desilusión de amor. Escribí esto aquella vez. Vale por su recuerdo. Fue en ese bar (La Opera, en la esquina de Callao y Corrientes), el de nuestros encuentros, la última vez que lo amé. Aunque a la distancia ya no recuerdo si la historia fue así.
















El tipito llego al bar y se sentó en la misma mesa.

Llego tarde otra vez.

Mis ojos eran cataratas gélidas de odio y rencor.

El tipito hoy vino engominado y vestido de domingo. Sonrisita de barrio bien.

Jugaba al seductor porque deseaba seguir devorándome por dentro, poco a poco.

En cada bocado suelta una risa estruendosa.

Con sarcasmo y cinismo relame lo que sobra de mí. Sigue riendo.

Me levanto.

Miro al tipito.

Le dije mis últimas palabras:

-“me cago en tu amor de mierda”

Fue mi último encuentro con el tipito.






sábado, 5 de julio de 2008

Pérdida





















Busqué entre la pelusa que habita debajo de la cama.

En los zócalos en se esconden detrás de los muebles.

Fondos de cajones fueron inspeccionados con mi olfato de sabueso entrenado por organización secreta.

Despanzurré valijas, carteras y maletines de doble fondo con cuchillos bien afilados y sin piedad.

No tuve miramientos en dar vueltas todos los bolsillos, macetas, frascos habidos y por haber.

Descolgué los pocos cuadros que adornan las paredes que fueron blancas.

Pasé una a una las páginas de los libros.

Pregunté a los personajes que sonríen o no, a las fotos. No tuve respuesta. Cuando fui a la heladera, vi que la mermelada se reía y un tomate arrugado hacia girar su dedo índice alrededor de la sien.

Mis zapatos escaparon por el jardín, asustados de mí.